viernes, 11 de noviembre de 2011

Buenos días 2H

Si ya hace tiempo hablamos en este foro de Pau García-Mila, hoy durante los Buenos Días, después de la canción del chipirón, vuestro compañero Daniel Martinez ha leido el siguiente texto:

¡Buenos días! Hoy quiero hablaros de Pau García Milá, un joven empresario que está
triunfando en el mercado gracias a sus ideas innovadoras y su espíritu emprendedor.

Pau es un empresario con solo 23 años, y con una empresa de fama mundial que creó
cuando tenía 17 años. La empresa en cuestión es EYEOS, el primer sistema operativo
en web que nos permite tener nuestra información en la red y acceder a ella desde
cualquier dispositivo con conexión a Internet en cualquier lugar del mundo. Es el padre
de lo que hoy conocemos como CLOUD COMPUTING. Su producto, EYEOS, se usa
en más de 68 países.

Si ahora os preguntase que de dónde es este muchacho, muchos de vosotros diríais que
es algún americano, o chino o de algún país tecnológicamente avanzado. Pues no, Pau
es de aquí, de un pueblecito llamado Olesa de Monserrat, en Barcelona.

Si por algo queremos destacar a Pau, es por las ideas que el defiende. No importa de
dónde vengas, sino las ideas y objetivos que tengas. En uno de sus muchos discursos,
como el que tuvo lugar en ESADE, hace hincapié en la gran diferencia entre empresario
y emprendedor. Esa diferencia reside en la actitud, las ganas, el espíritu con el que
desarrollas tu actividad, sin importar la edad. Esto lo vemos desde muy pequeños, es el
caso del típico niño americano que vende limonada en las calles, algo que de primeras
veríamos raro aquí en España porque nosotros desde que nacemos tenemos el futuro
planificado.

Tenemos que hacer una enseñanza obligatoria, un bachiller opcional que socialmente
no hacerlo da la impresión de fracaso o abandono, y llegas a los 18, 19 o 20 años, en
tu primer día de carrera y en muchos casos sin sentir que es eso lo que verdaderamente
quieres hacer con tu vida, sino que estás allí porque es lo que la sociedad te ha dicho
que hagas. Haces tu carrera y cuando terminas, sales con la satisfacción de haber hecho
lo que tenías que hacer, pero no con la sensación de que es lo que realmente te hubiera
gustado hacer. Esto sólo pasa aquí, en España, porque cuando a un alemán le hablamos
del mileurismo no se lo llega a creer. Entonces empieza a comprender porqué en España
hay tantos titulados y cobran tan poco, porque en un país en lo que lo normal es tener
una carrera, una empresa piensa que para qué vamos a pagar más si todos están así y
cualquiera de ellos lo va hacer. Es la ley de la oferta y la demanda.

Si esto lo mezclamos con el entorno, que España quizás no es el mejor país para
emprender, la figura del emprendedor, queda muy desmejorada. Un emprendedor es
visto como un vividor y visionario que se lo tiene muy creído, cuando en realidad, un
emprendedor tiene el espíritu desde que nace, una persona que se ha guiado más por lo
que él cree conveniente en vez de por lo que está socialmente bien visto. Es por ello por
lo que estamos aquí, haciendo una formación profesional, porque es lo que nos gusta y
hemos elegido hacer.

Es aquí, donde nacen las ideas, todos los días se nos ocurren ideas que podemos
llevar a cabo, o simplemente vemos unas necesidades que no están cubiertas y que de
alguna manera tenemos que desarrollar una solución para ese problema. Es así como

se empieza a formar un emprendedor. Hay muchos momentos para empezar una idea,
cualquier momento es bueno, pero lógicamente cuando estás trabajando, no vas a dejar
tu fuente de ingresos para dedicarte plenamente en tu idea porque tienes unos gastos:
familia, coche, casa que pagar... Pero siempre podemos empezar nuestra idea e ir
desarrollando poco a poco a ver hasta donde vamos a llegar, que siempre nos quedará
lo aprendido por el camino. Pero, ¿y si sale bien?, porque un emprendedor es constante
por naturaleza, y la constancia da sus frutos. Estos pensamientos seguramente rondaron
por la cabeza de aquellos que, gracias a su labor, ahora son personas de prestigio, como
lo fue Steve Jobs, como lo es Bill Gates, o como en un futuro puedes serlo tú.

Finalmente queremos terminar con una frase que nos dijo Merche López en uno de
los últimos días del curso pasado, es un proverbio chino que dice “Dime y olvidaré,
muéstrame y recordaré, involúcrame y entenderé”.

Buenos días y buen trabajo.